Da la sensación que hay poco espacio en la agenda periodística regular para la discusión socio-ambiental. ¿Cómo ves eso desde tu lugar?
"En menos de diez años puede haber cambios medioambientales profundos"
En una charla fuera de la agenda, el periodista socio-ambiental Cruz Ruax debate distintas perspectivas del futuro del planeta. Separación de residuos, la lucha juvenil, el rol de las grandes corporaciones y el debate entre planeta y producción. Qué cambió tras el freno que provocó la pandemia.
Lo que sucede hace un poco más de un año es que tenemos que intentar hacer entender a quienes se ocupan de quizás otras noticias u otras problemáticas que lo ambiental está ligado a todo. Es transversal. El ambiente es el medio, es el medio donde todo sucede. Una de las discusiones que tienen hoy quienes están liderando los movimientos sociales-ambientales tiene que ver con esto justamente, con hacer entender al resto de las luchas y problemáticas que la ambiental engloba a todas.
El concepto ‘socio-ambiental’ habla justamente de cuidar el ambiente pero insertándose como sociedad dentro de ese ambiente ¿verdad?
Totalmente. Tiene que ver con no pensarnos sobre el ambiente sino dentro del ambiente. Y si queremos hilar un poco más fino nos podemos meter en el concepto de justicia social. Estamos en una crisis climática. Estamos en un momento donde el cambio climático traerá en menos de diez años grandes cambios, profundos cambios. Algunos ya están pasando. Vemos sequías, inundaciones cada vez más, el nivel del mar, etc. Los suelos que se están desertificando. Lo mejor que podemos hacer es pensar ¿por qué sucede esto? En términos sociales hay una desigualdad muy grande entre quienes emiten gases de efecto invernadero que producen el calentamiento global. Si desmenuzamos eso, sin ponernos técnicos, vemos que son muy poquitos los responsables del 90% de esas emisiones. Eso nos indica una desigualdad social muy grande en términos de consumo y demás.
La sociedad puede ir aprendiendo y tomando nuevos hábitos, pero a veces da la sensación de que el granito de arena nunca va a tapar el mar siempre que existan estos factores de poder que realmente marcan la diferencia como acabás de mencionar.
Es atinado lo que decís. No es lo mismo pensar en los Estados que en el empresariado que en las personas de una sociedad civil. Sin embargo es real que mientras mayor cantidad de personas de manera individual o colectiva empiezan a trazar cambios de hábitos y pensar en su impacto, siempre será mejor. El granito de arena por algo existe como concepto. Es un cliché porque también tiene una gran verdad detrás. Pero podemos trabajar separando nuestros residuos y alimentarnos de una manera que genere menos impacto en el ambiente y eso no quiere decir que además los Estados y las empresas no deban ocuparse de hacer sus cambios y sus transiciones.
En 2020 pasó algo inédito cuando producto de la pandemia el mundo ‘puso el freno de mano’. ¿Se volvió a la vieja normalidad en cuestiones de medio-ambiente?
Nunca se vuelve a lo mismo, y de hecho en algunos casos empeoró. Si nos ponemos a pensar en por ejemplo, China, tenía algunas leyes ambientales operando. Leyes ambientales que lo que hacían era regular la contaminación que generaba la industria. La industria en general, la que produce, lo que sea. Para activar su economía post-pandemia decidieron dar de baja esas leyes ambientales para poder producir y obtener la ganancia máxima sin pensar en el impacto. Es muy curioso. El mercado de alimento de Wuhan -al que se le adjudica la gestación del Covid-19- está funcionando nuevamente. No es volver a lo de antes, es peor. Porque con la información nueva que tenemos, el nuevo despertar de conciencia que tenemos, no es solo volver a la industria de la misma manera sino que ahora tiene menos control que antes.
Siguiendo con la pandemia. El delivery, lo descartable para evitar contagios, ¿arroja ya números visibles en cuanto a la generación de basura extra?
En principio la pandemia trajo el problema de que se promueve lo descartable, pero también en otros espacios surge el aprendizaje y la divulgación de decir “qué tal si cada uno lleva sus elementos y se ocupa de ellos”. Llevá tu plato, tu vaso, tus cubiertos, y después te ocupás, te los guardás y los lavás. Suena simple pero es un cambio muy grande. Eso también nos enseña a vivir con menos. Eso no significa vivir súper austeros ni mucho menos, sino simplemente entender que podemos organizarnos de otra manera. De una manera donde entendamos que todas las decisiones que tenemos tienen un impacto.
Si todas las personas hoy somos un potencial vector de coronavirus y tenemos que andar descartando todo, ¿cómo se los trata a esos residuos?
Con los meses fuimos aprendiendo a lidiar con esos desechos y saber que ya no podemos volver a lo de antes. Con pandemia y sin pandemia es que la conciencia al menos en la Ciudad creció muchísimo. Lo que se conoce como reciclaje, que en realidad es separar en origen, creció muchísimo. En los últimos dos años creció una barbaridad.
Mencionás a la Ciudad de Buenos Aires. ¿Por qué es distinto en el resto del país?
Porque no hay una ley Federal. Hay municipios de la Provincia que los queman, otros que la entierran, que la esconden en fábricas abandonadas. Otros que la tiran en el agua. Hay algunos que no regulan ni siquiera sus parques industriales.
Greta Thunberg dijo “nos siguen engañando con la idea del crecimiento económico infinito”. ¿Cómo se le responde a quienes dicen que las restricciones ambientales a la producción generan pobreza por el freno en el crecimiento económico?
Hay dos respuestas. Una que para mí no construye nada, y otra que sí. La que no construye nada pero que para mí es totalmente cierta es decirle a esa persona “sos un necio, esto sigue exacerbando las desigualdades sociales y la contaminación planetaria”. Porque los que más sufren la contaminación y la desigualdad son las que menos pueden defenderse a ante esto. La que creo que sí construye es decirle a estas personas que justamente los tratados internacionales, las mesas de diálogos de municipios, provincias, nación, la sociedad civil, empresarios, etc., tienen bien presente que la transición se trata de alcanzar una producción sustentable o sostenible. Esta transición tiene que ser justa. Una transición justa. Que no abandone al empresario, a la cooperativa o al laburante, y que exija capacitaciones y transiciones en la matriz de producción.
Cuando mencionás a empresarios uno puede pensar en empresarios PyME del conurbano u otros puntos del país, pero cuesta imaginar a grandes empresas multinacionales que se sienten a esa mesa de discusión.
Pensemos lo siguiente. Qué cambio radical social se generó de arriba para abajo. Son las bases. Esto lo tenemos clarísimo. Por eso mientras más se puedan concientizar y hacer entender a las personas el momento que estamos atravesando, más vamos a poder generar algún tipo de tracción. Lo vemos con los jóvenes. En septiembre del año 2019 fue la movilización mundial por el clima, impulsada por jóvenes entre quienes se destacó la figura de Greta Thunberg. Allí más de 7 millones de pibes y pibas de todo el mundo exigiendo a los líderes que actúen de manera concreta frente a la crisis climática. Es un bueno comienzo, ¿no? Qué me importa el CEO de Coca-Cola. En el congreso de Buenos Aires, donde me tocó representar, sabés lo que fue ver 15 mil pibes y pibas dispuestos a hablar de medioambiente. Volviendo al granito de arena, tenemos que celebrar cada grano, cada paso que avanzamos.
El camino hacia un mejor tratamiento del plantea parece que pasó de un camino a una carrera, ¿no? ¿Ya está habiendo cambios irreversibles?
Ya está pasando. Ya tenemos en el mundo migrantes porque o se han secado sus regiones, o su suelo se han vuelto tan árido que ya no pueden producir alimentos. Las sociedades generalmente se instalan donde tienen acceso al agua y a un suelo fértil para poder producir. Hay más del 50% del suelo fértil del planeta en el que ya no se puede producir, por cómo lo hemos roto. Por cambios climáticos y cambios de temperatura y humedad, como también por la práctica destructiva que practicamos sobre el suelo. En Argentina el monocultivo genera cientos de miles de toneladas de producción pero la tierra produce cada vez menos. Además para alcanzar esos niveles de productividad usamos un paquete de veneno que los productores llaman agroquímicos, que también envenenan comunidades, la poquita agua dulce y potable que tenemos.
Mencionamos muchas cuestiones para atender respecto de lo medioambiental. ¿Es el cuidado del agua el principal problema a atender?
Creo que es uno de los principales conflictos. Las personas que vean esto googleen qué pasó con el agua en Ciudad del Cabo. Han tenido que cerrar los grifos porque no alcanzaba el suministro. Siempre hago el ejercicio de pensar otro lugar del planeta, y después venir a pensar en la región. Fijémonos hace cuánto tiempo están en emergencia hídrica provincias como Córdoba, Mendoza, uno se sorprende. Son hace más de diez años que están con sequías prolongadas y problemas para producir. También pueden ver las luchas que hay entre las comunidades y los proyectos como la mega-minería para que no les quiten la poca agua que les queda.
*Entrevista realizada en vivo en el programa El Diario Sur Radio por Extremo 88,7